Me he decidido a abrir la primera página de este cuaderno por varias razones. La primera es la envidia sana de varios de mis compañeros de la Fundación, ya avezados en esta afición. La segunda es la vivencia de una cierta necesidad de comunicar, sin saber muy bien qué. Esperando en todo caso hacer de este rincón un lugar en el que ponerse cómodo y disfrutar un rato, como me gusta tanto hacer con una buena taza de un capuccino humeante y acompañado de un croissant esponjoso..
Estoy seguro de que va a ser así...
domingo, 30 de septiembre de 2007
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